Tal vez no ser
es ser sin que tu seas,
sin que vayas
cortando el mediodía
como una flor
azul, sin que camines
mas tarde por
la niebla y los ladrillos,
esa luz que
llevas en la mano
que tal vez
otros no verán dorada,
que tal vez
nadie supo que crecía
como el origen
rojo de la rosa,
sin que seas,
en fin, sin que vinieras
brusca,
incitante, a conocer mi vida,
ráfaga de
rosal, trigo del viento,
y desde
entonces soy porque tu eres,
y desde
entonces eres, soy y somos,
y por amor
seré, serás, seremos.
Pablo Neruda
Soneto LXIX
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